martes, 21 de junio de 2011

Montemayor

El topónimo de Montemayor es muy común en la geografía española. Quizás el más conocido sea el municipio de la provincia de Córdoba que tiene un castillo del siglo XIV. Pero no, hoy toca hablar de las ruinas del Castillo de Montemayor que se encuentran en la provincia de Málaga, muy cerca, a escasos 4 kilómetros del pueblo de Benahavís.

Cualquiera que ascienda a su emplazamiento puede comprender la importancia que debió tener en su época. Se encuentra a 570 metros de altitud, pero debido a la cercanía de la costa, y a su preeminencia sobre las colinas circundantes, su dominio es avasallador.



Castillo de Montemayor

Vistas desde el Castillo

Los restos de sus murallas también hablan de su importancia histórica ya que sus presumibles tres recintos concéntricos - sólo quedan en pie dos, aunque existen restos de un tercero - y su distancia entre ellos, nos da pistas para considerarla una alcazaba - en la que el castillo sólo era una de sus partes - tal y como se cita en algunas fuentes históricas.

Para llegar, se puede salir andando desde el propio Benahavís por un camino de 3,4 Kms. o se puede llegar en coche hasta la propia base de la colina, aparcando a la sombra de un gigantesco alcornoque, para sólo hacer el último ascenso. Este tramo final nos da idea de la dificultad que tendría la toma al asalto del castillo, sobre todo si añadimos a nuestra mochila los pertrechos de guerra de un soldado medieval sumado al lanzamiento de algún que otro objeto contundente por parte de los defensores de la plaza.


Ascenso al castillo




Alcornoque al pie de Montemayor

Las primeras trazas del castillo, tal y como lo conocemos en la actualidad, son del siglo X, aunque es más que probable que hubiera tenido pobladores anteriores dada su inmejorable situación.

Los lienzos amurallados están reforzados por torres cuadradas y una torre semicircular. Se pueden observar en el interior los restos de aljibes para la reserva de agua, elemento fundamental para resistir en los asedios. Con toda probabilidad el agua procedía de una fuente que vertía, y que todavía vierte, sus aguas en una alquería que se mantiene protegida por una torre a unos cientos de metros hacia el sur, en el camino natural de la costa hacia el castillo: se trata de Torre Romera. Habrá que dedicarle un capítulo a esta torre y a otras que tenemos en la provincia de Málaga

Una fuente anónima medieval nos dice que el ejército de Abd al-Rahman "pasó el ejército a la fortaleza de Montemayor, vecina de Fuengirola e inmediaciones, fortaleza donde el malvado ibn Hafsun tenía pertrechos y almacenes repletos, todo lo cual destruyó y asoló el ejército pasando en seguida a la fortaleza de Turrus". Esto enlaza con Bobastro y su morador, que fue motivo de otra de mis pequeñas historias, que si no habéis leído os invito a hacerlo ahora.

domingo, 1 de mayo de 2011

Bobastro

Viriato, Pelayo, el Cid, son líderes militares hispánicos que todos, en mayor o menor medida, conocemos. Sin embargo, si menciono a Umar ibn Hafsun, muchos no lo habrán escuchado nunca. Su importancia histórica puede ser comparada con los personajes que he nombrado antes, sin ninguna duda. Tuvo en jaque al emirato de Córdoba durante tres décadas sin que pudieran doblegarlo. Fue el famoso emir Abd al-Rahman III quién pudo tomar la fortaleza de Bobastro. Abd al-Rahman pasará de ser emir independiente a proclamarse califa de Córdoba en el 929, un año después de rendir la fortaleza. Esta decisión estuvo influida por este acontecimiento, con toda seguridad.

Este es el personaje que nos sirve de anfitrión para la visita de las ruinas de Bobastro, muy cerca de Ardales y del Chorro, en el paraje denominado "las Mesas de Villaverde".


En la carretera que va de Ardales al Chorro nos tenemos que desviar a la derecha - está indicado - y avanzar durante tres kilómetros hasta que lleguemos a una pequeña zona de aparcamiento señalizado.

Zona de aparcamiento
Hay que hacer un tramo a pie de unos doscientos metros por un sendero, llegando finalmente a una explanada donde nos encontramos con los restos de una iglesia rupestre (=excavada en la roca).


Explanada con los restos de la iglesia
Se trata de unos restos arqueológicos únicos y, por tanto, de una importancia máxima. Dado que Umar y los suyos se habían convertido al cristianismo en el 899 estos restos son de estilo mozárabe: cristianos que vivían en territorio musulmán. No hay que olvidar que en esta época estos territorios pertenecían al poderoso emirato de Córdoba. No existen en ningún otro lugar unos restos rupestres mozárabes, de ahí su excepcional interés. Este arte difiere totalmente de lo considerado mozárabe en tierras cristianas. Frente a una carencia de tradición por parte de los mozárabes en la construcción de templos, los del norte poseían una dilatada experiencia.

La descripción de la iglesia que hace E. Camps Cazorla, nos ayudará a comprender la construcción: "La iglesia está tallada en una peña arenisca. Es de planta basilical con tres naves separadas por arquerías de herradura sobre pilares y tienen crucero sin sobresalir del ancho de naves, A la cabecera, tres capillas, cuadradas las laterales y de herradura la central. La nave de la derecha no se terminó de excavar. La construcción parece anterior a 917, fecha de la muerte de Omar".

Planta de la Iglesia. (Revista Javega nº 13 año 1976 - CEDMA)


Vista del crucero

Uno de los arcos de herradura
 
Analizando la ubicación de la fortaleza podemos comprender como fue tan complicado conseguir su rendición. En palabras de un cronista de Abd al-Rahman III, cuando volvió a la fortaleza después de conquistada: "Entró en la ciudad, la recorrió en todos los sentidos y comprendió a ojos vistas, que su posición dominante, sus defensas, su elevación y su aislamiento de otras montañas, tal defensa no tenía par en el mundo por la inexpugnabilidad y la extensión de su solar. Realizó por ello acciones de gracias a Alá, que le había permitido y facilitado la conquista de la fortaleza, y ayunó durante toda su estancia en ella".

Vistas desde la plataforma
 Umar ibn Hafsun procedía de una familia muladí de islamización reciente; parece que su abuelo pudo ser cristiano. Vivía en un paraje denominado Torrecilla, según algunos historiadores posiblemente Parauta (Málaga). Parece que Umar, en una discusión, mata a un vecino y tiene que huir. En esta huida encuentra el paraje que finalmente será su guarida hasta el final de sus días: Bobastro.

Aprovecha las protestas muladíes contra el pago de impuestos para organizar un movimiento contra los dirigentes árabes. Las crónicas lo describen, en el año 882, como jefe de una cuadrilla de salteadores que tiene su residencia en Bobastro desde donde ataca a la población de la llanura. Detenido, es incorporado al ejército cordobés dónde lo localizamos en el 883 como capitán del emir.

Deserta del ejército y regresa a Bobastro donde organiza una fuerte resistencia. Según fuentes musulmanas, decía: "Desde hace demasiado tiempo habéis tenido que soportar el yugo de este sultán que os toma vuestros bienes y os impone cargas aplastantes, mientras los árabes os oprimen con sus humillaciones y os tratan como esclavos. No aspiro sino a que os hagan justicia y a sacaros de la esclavitud".

En el 899 se convierte al cristianismo y se empiezan a notar las primeras defecciones en su bando ya que los muladíes luchaban contra la opresión económica y la injusticia social en nombre del Islam. Después de casi tres décadas hostigando a los diferentes emires cordobeses, Umar muere de enfisema generalizado en el 917 y su hijo Chafar continúa la lucha. Las disensiones se acentúan y Chafar es asesinado. En el año 928 el último hijo de Umar, de nombre Hafs, rendía la fortaleza..

Abd al-Rahman, en un último acto de rabia: "Hizo exhumar los cadáveres de Umar y de su hijo y, abiertas las tumbas, se los halló tumbados sobre la espalda, según la práctica cristiana. Todos los juristas vieron las tumbas y atestiguaron que ambos habían muerto en la fe cristiana. En consecuencia, fueron retirados de sus sepulcros, y sus impuras osamentas, transportadas a Córdoba, fueron expuestas en la Puerta de al-Sudda sobre horcas elevadas junto a la del hereje Sulayman, para servir de advertencia al pueblo, y ello sirvió de satisfacción a los musulmanes".

Espero que esta pequeña aportación os incite a conocer más sobre Umar ibn Hafsun y a visitar las ruinas de Bobastro.

lunes, 18 de abril de 2011

Ruinas de Lacipo

Estos días estamos recibiendo un bombardeo desde los medios de comunicación - como si estuviéramos en agosto - donde nos cuentan las investigaciones que está llevando un grupo de arqueólogos de la Universidad de Hartford (EEUU), liderados por el profesor Richard Freund. Estos investigadores postulan que los restos de actividad antrópica que se están encontrando en el Coto de Doñana pertenecen a la civilización de la Atlántida.
Evidentemente nadie sabe donde estaba la Atlántida y, ni tan siquiera, si llegó a existir - tampoco lo saben los americanos del norte -, pero lo que sí sabemos es que por esa zona en el primer milenio antes de Cristo habitaba un pueblo también cargado de misterio, pero muy real, que era el Tartésico. Casi con toda probabilidad lo que están detectando estos arqueólogos son los restos de esta civilización.

Pues bien, estas noticias me han traido el recuerdo de mi visita el año pasado a las ruinas de la ciudad de Lacipo. Se trata de una ciudad turdetana descendiente directa de esa cultura tartésica que tanta relación tuvo con los fenicios y con los griegos y que muchos - como el doctor Freund hace ahora - han relacionado con los atlantes.

Se encuentra muy cerca de Casares (Málaga), a escasos tres kilómetros. No pensar que os váis a encontrar una caseta de Patrimonio Nacional para cobraros la entrada. El acceso final es campo a través; no existe un sendero ni ningún tipo de señalización. Hay que atravesar una finca privada que dedica la tierra a pasto de ovejas; es importante ir cerrando las cercas que vayamos abriendo.


Una vez que accedemos a la plataforma donde se encuentran las ruinas, situada a 304 metros de altitud sobre el nivel del mar, lo primero que observamos es lo que llaman los del lugar "el muro" o "el torreón". Se trata de un resto de lienzo de muralla de 5 metros de alto por 3 de ancho y 0,8 de grueso de origen romano, posiblemente de final del siglo I o de principios del II d.C. Se encuentra en el extremo sur de lo que fue la planta del recinto amurallado.

Lienzo de muralla romana s. I d.C.
Si avanzamos hacia el noroeste la plataforma se va estrechando hasta que nos encontramos con el cierre de la muralla. En este caso los restos son indígenas turdetanos. El tamaño de los bloques de arenisca son mayores que los del "muro" y datan del siglo II a.C. En esta parte también se pueden observar tres grandes cisternas romanas de 8 metros cúbicos construidas en "opus signitum".

Lienzo de muralla turdetana s. II a.C.
Desde este punto podemos ver las impresionantes vistas de los valles de los ríos Genal y Guadiaro.


Ya Tolomeo cita a Lacipo y Salduba (cerca de Estepona) como ciudades turdetanas. Los turdetanos fueron un pueblo íbero que habitó en parte de Andalucía Occidental coincidiendo con la zona de influencia Tartésica, siendo posteriores cronológicamente. Lacipo debió ser una ciudad importante por su situación estratégica, por los restos de esculturas y monedas encontradas y por el tamaño de sus murallas.
Más conocemos de su época romana: pertenecía al convento jurídico gaditano y era ciudad estipendiaria, o sea, tributaria, por lo que con toda seguridad era rica. Probablemente fue de nuevo amurallada por los romanos a final del s. I d.C. ya que los lienzos originales turdetanas habían sido destruidos parcialmente - en época del cónsul Catón se destruyeron las murallas de todas las ciudades íberas que participaron en la sublevación del 197 a.C., por lo que posiblemente Lacipo fue una de ellas-. De esta época romana se han encontrado restos de una estatua fuente y monedas romanas. También se pueden distinguir los pocos restos que quedan de las columnas rectangulares que soportaban un acueducto aéreo que discurría hacia la Sierra Crestellina para captar agua del manantial llamado "Fuente Grande". La longitud total era de 4 kilómetros.

Recomiendo la visita. ¡Ah!... por favor, si alguien encuentra algún resto de la Atlántida que avise al profesor Freund, seguro que lo agradece.

martes, 5 de abril de 2011

La fábrica de Hojalata de San Miguel

No muy lejos de Juzcar se encuentran las ruinas de lo que fue la primera industria siderúrgica de Andalucía. Se pueden visitar sus ruinas. En la actualidad están dentro de la finca llamada "La Fábrica", precisamente en su recuerdo. Para quién quiera acercarse aquí dejo un enlace a mi página de wikiloc donde describo el camino a recorrer desde Marbella, o si se prefiere, desde Ronda:

Fábrica de hojalata

y aquí el plano topográfico con la ubicación:

La Real Fábrica de Hojalata de San Miguel nació por la iniciativa de dos suizos que querían poner en valor sus conocimientos siderúrgicos. En el año 1725 pidieron autorización para montar una fábrica con la idea de fabricar hojalata. En esa época, el rey absolutista Felipe V era permeable a todas las ideas manufactureras. Recordemos que es la época en la que se crean manufacturas de iniciativa real como la fábrica de tapices de Santa Bárbara, la de cristal de San Ildefonso o la de porcelana del Buen Retiro. Por tanto la idea se aprueba y ya en 1726 se firma un Real Privilegio donde se concede un monopolio para la fabricación de hojalata en España durante15 años y además se fijan las condiciones para la utilización de los recursos de la zona, como el agua y la madera. Ya en 1730 estaba funcionando el alto horno y en 1731 el proceso de estañado empezaba su producción. La historia de su actividad es relativamente corta ya que a partir de 1750 empiezan a escasear noticias y en la década de 1780 la producción es abandonada. Problemas vecinales por la utilización de los recursos generó multitud de tensiones que no hicieron rentable la actividad y abocaron a su clausura.

Evidentemente, para cualquiera que vaya por la zona percibe que la accesibilidad es complicada, incluso hoy en día, por lo habría que preguntarse el motivo de esta extraña ubicación. Y los motivos son varios. El primero, la extensa masa forestal que facilitaba cubrir las necesidades energéticas del alto horno. En segundo lugar el curso de agua del río Genal que proveía, mediante ruedas hidráulicas, del movimiento necesario para accionar los elementos mecánicos que laminaban el hierro. En tercer lugar, la cercanía de las minas de magnetita que eran la materia prima principal de la fabricación de la hojalata. En último lugar, la demanda estaba relativamente cerca ya que desde 1704 los ingleses habían tomado Gibraltar con lo que la población y las necesidades de recursos se habían incrementado con motivo de esta nueva frontera.

Las estructuras que componían el ámbito fabril están estupendamente esquematizadas en un cartel que se encuentra en el camino que lleva a los restos y que muestro en la foto adjunta:


La parte que es fácilmente accesible aparece con el nombre de "Plaza de San Miguel", en la margen izquierda del Genal. Fundamentalmente quedan los muros y arcos de los edificios marcados como 4 y 5. En el edificio 4 es donde se realizaba el proceso de estañado, o sea, el recubrir la lámina de hierro con una fina capa de estaño que evitaba su oxidación. Este proceso era "secreto" por lo que el edificio estaba cerrado para evitar miradas indiscretas. Se hacía mediante el procedimiento de inmersión en caliente. Hoy en día este proceso se hace mediante electrodeposición.


Interior de la nave de estañado



Exterior de la nave de estañado
 También se pueden observar los restos de las naves del almacén de hierro y algunas viviendas de los obreros, así como la capilla; todo esto peor conservadas, naves 6, 7 y 9


Exterior de nave almacén de hierro
 Subiendo por el carril que nos devuelve hacia Juzcar se perciben naves dispersas y escondidas entre la maleza que invitan a realizar prácticas de arqueología industrial.

Una nave de la margen derecha

La visita merece la pena, ya que además de disfrutar de paisajes increíbles podemos admirar uno de los primeros complejos siderúrgicos de España.

Y para terminar, dos curiosidades:
  • Debido a los problemas de accesibilidad y con objeto de abaratar el transporte, se utilizaron camellos para el movimiento del mineral. Estos estaban mejor adaptados para llevar grandes cargas y de manera más eficiente que los burros.
  • La fábrica necesitaba operarios especialistas que no había en España. Se contrataron trabajadores alemanes que, algunos dicen, tuvieron que salir del país escondidos en toneles, ya que en la época estaba prohibida su contratación. Estos 200 alemanes han dejado su impronta en la comarca ya que es normal encontrarnos con rubios de ojos azules por esta zona, seguramente descendientes de estos extranjeros, pero ya totalmente integrados en el paisaje y paisanaje.