martes, 24 de noviembre de 2015

El Obispo Santo

Según parecen confirmar las fuentes, el primer ataque vikingo a la Península Ibérica se produce en el año 844. Según los "Annales Bertiniani", obra de Prudencio:

"Los normandos, avanzando por el Garona hasta Tolosa, por doquiera e impunemente consiguieron botín; vueltos de allí y acercándose a un cierto país llamado Galicia, murieron unos en un encuentro con los Balistos y otros en una tempestad; pero algunos de ellos llegaron a las regiones de Hispania que están mas lejos; lucharon con los sarracenos largamente y con energía, hasta que fueron vencidos".

Después de esta primera incursión se sucederán muchas a lo largo de ese siglo IX y continuarán durante el X y XI. A una de ellas me voy a referir en esta entrada.

Siguiendo el hilo de la historia, como consecuencia de estas incursiones, el rey de Asturias Alfonso III (848-910) trasladará la antigua sede episcopal de Bretoña a Mondoñedo y construirá una iglesia prerrománica que no se conserva nada mas que en trazas bajo la actual basílica de San Martín de Mondoñedo, esta sí, la mas antigua de las catedrales románicas conservadas en España (no confundir con la Catedral de Mondoñedo).


Pues bien, como he dicho antes, corriendo el final del siglo XI era obispo de Mondoñedo el anciano don Gonzalo del que se cuenta una leyenda con diferentes versiones.

La versión mas extendida nos relata que cuando una flota vikinga que ataca la barra de Foz es detectada por la población, esta huye hacía el interior junto con su obispo llegando al Alto da Grela. En este lugar, desde donde se puede observar con detalle la ría - como se ve en la foto - los habitantes comprobaron que por cada Avemaría que rezaba su obispo Gonzalo una de las naves vikingas se iba a pique, pereciendo de esta manera toda la armada.

Otra versión es que el obispo Gonzalo con su báculo subió a un alto y se puso a rezar. Las naves vikingas se incendiaban una tras otra. Cuando quedaban pocas naves el obispo interrumpió la oración para que las naves indemnes pudieran dar testimonio del milagro.

Una tercera versión nos habla que las naves zozobraban cada vez que el santo obispo se hincaba de rodillas hasta que solo quedó una para que relatara el prodigio.

En todo caso la leyenda lo que nos traslada es que san Gonzalo acabó con la flota y el peligro que se cernía sobre la población. No sabemos cual es el origen de la leyenda y si esta tiene algún viso de realidad. Es posible que a la flota vikinga le sorprendiera una tormenta en la entrada de la ría y fueran destruidas algunas de sus naves imposibilitándoles el ataque a Foz. Esto sería suficiente para crear un milagro que el tiempo convertiría en el relato ahora conocido.

En recuerdo del milagro se construyó una ermita en la que se celebra el "Milagro de las Naves" a finales de mayo o principios de junio. Se trata de una romería que sale de la basílica de San Martín de Mondoñedo y llega a esta ermita del Obispo Santo.


También nos queda de recuerdo, en el Museo de la Catedral de Mondoñedo de Foz, el sepulcro, el báculo y el anillo del Obispo Santo.

De la Fuente A Zapata, a los pies de la basílica de san Martín de Mondoñedo, que parece haber nacido allí por su intervención, dicen que mana agua milagrosa que cura a aquellos que se encomiendan al santo.
En octubre de 1701 se comprobó que sus huesos "se hallaban tan frescos y tupidos por la caña de dentro como si acabara de morir". De este sepulcro se extrajeron el báculo y el anillo de oro que se exponen en el museo.

Lo que no es leyenda: el pulpo con un albariño que os podéis tomar por la zona después de mostrar vuestros respetos al Obispo Santo.
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Para ampliar información:
Flórez, E.: España Sagrada, Tomo XVIII
Morales, E.: Historia de los Vikingos en España, 2006
Almazán, V.:Gallaecia Escandinavica, 2001
Sobre la basílica de san Martín de Mondoñedo: http://www.arquivoltas.com/11-Galicia/01-Mondonedo.htm